martes, 28 de julio de 2009

El Circulo Mágico.


Katherine Neville, debe ser una de esas extrañas autoras que junto con Dan Brown, venden mucho, muchisimo, escribiendo enormes y enmarañadas ¿mierdas?... (que te pierdes Druida, que te pierdes).
He leído tan solo dos libros de la Neville, y por la Virgen del Santo Puño, no leeré mas. Leí su mas famoso libro, El Ocho.... que me dejó indiferente y con ganas de acabarlo, y ahora tuve la desgracia de leer El circulo Mágico, que mas que mágico parece el Circulo "Luisma" (atención, hace referencia a un personaje de la serie Aida).

A ver..... tu coges una coctelera. En ella pones a Jesus (si, ese de Nazaret), a su madre, a Miriam de Magdala (o lo que viene siendo Maria la Magdalena), a José de Arimatea, a todos los apóstoles, a los Druidas (si... a los druidas) Celtas de la Isla de Mona, a diversos Cesares Romanos, a diversos héroes y dioses Griegos, a Herodes, Caifás y demás familia, a los indios de Norteamérica, a la casa de Austria, a Hitler (si, ese pequeñin amable de bigote), a una protagonista calcada a las anteriores protagonistas de sus libros, prolífica en sus relaciones sexuales (con polvos cosmicos incluidos), con un gato que sabe nadar, y una familia que atención (y no es broma) agarra papel y lápiz para ir haciendo un árbol genealógico si es que quieres enterarte de algo.... que me pierdo... bueno, pues metes todo eso en una coctelera, lo documentas mas o menos bien (todo hay que decirlo), retuerces la realidad torticeramente para que te encaje en el mamotreto de 550 páginas... y ¡tachannnn!, tienes un libro de éxito.

Y ahora explicaré un poco de que va. Ariel (chica que se dedica a la seguridad nuclear), recibe una herencia consistente en unos manuscritos que todo el mundo persigue, ya que están relacionados con unos artículos mágicos y sagrados pertenecientes a las tribus de Israel (no a estas tribus salvajes de hoy día que matan palestinos, si no a las tribus bíblicas). El que descifre estes manuscritos famosos será depositario de una sabiduría tan tan tan antigua (tan antigua es, que acabas el libro sin saber que proporciona esa sabiduría) que se pierde en la memoria de la humanidad (de toda la humanidad que ha leído este mamotreto, incluso de su autora, que se olvidó de explicar al final para que leches lo había escrito). Acabas sabiendo un poco de runas celto-vikingas-teutónicas, de indios, de las sagradas escrituras, de griegos, de romanos, de seguridad nuclear noventera.... de muchas cosas, pero de ninguna en especial. Este libro es como un enorme helado, hecho a partir de todas las tarrinas de la heladería, con un sabor indeterminado, y que acaba derritiendose sin remisión, ya que no sabes por donde meterle la cuchara, ni básicamente cual es su propósito y su fin.
Cualquiera de esas historias o bolas de helado (por separado) hubiese sido suficiente como para desarrollar un buen libro, pero ha decidido mezclarlo (y de mal modo) todo con un extraño propósito que no he logrado adivinar.

Recomendable si estas fumado, y crees que podrás experimentar algún tipo de trance al leerlo.
Si a alguien le ha gustado, y cree que me he excedido en su crítica, por favor, comenten.

El Ejército Perdido.


LA VICTORIA NO ES EL ÚNICO CAMINO HACIA LA GLORIA.

Valerio Massimo Manfredi, el autor, profesor de arqueología en Milán, nos propone este libro basado en una obra de la literatura griega antigua, la Anábasis, del ateniense Jenofonte. En ella se cuenta la historia a modo de diario de la expedición de 10.000 mercenarios griegos enrolados por el príncipe persa Ciro el Joven, a propósito de derrocar a su hermano Artajerjes, Gran Rey de los Persas. Enrola a su vez a 100.000 soldados asiáticos (cifras impresonantes para la época), pero son los 10.000 quienes serán los encargados de ser la punta de lanza que trate de lograr la que se aventura, increíble empresa.

Cuenta la historia desde los ojos de una protagonista femenina, lo que le da un aire de frescura. Acabas oliendo lo que ella huele y sientiendo lo que ella siente. Abira, la protagonista, es una chica de pueblo de montaña, que jamas ha salido de la zona, y se ve enamorada en un pozo al ir por agua, de Jenofonte, que sin dudarlo la lleva con el. De ahí partirá la historia, y el autor nos situará con todo lujo de detalles en medio de una tropa de 10.000 espartanos.

Tras este comienzo, diré que el autor trata de desgranar la azaña de este ejército, que (adelantando parte del libro) tras perder la batalla en parte por culpa de los asíaticos, y ser muerto Ciro por su hermano, tienen que emprender una larga marcha por desiertos y montañas, hostigados por tribus salvajes, y acaban atravesando 6000 kilómetros, en una de las historias mas épicas de la antigüedad. Se trata de un ejercito en su mayor parte de Hoplitas Espartanos, con equipo pesado, que acaba subiendo montañas, alejándose del mar, y viviendo inviernos de hielo que no conocían.

Duro y desgarrado por momentos (como la vida debió ser entonces), acaba metiéndote en su interior. Creo que ayuda a ello la protagonista femenina, ya que se trata de una visión nueva en este tipo de relatos, aunque al principio, mientras no me acostumbré a ello, he de decir que me "rechinase" un poco.

La novela nos mete en las intrigas de las grandes potencias de la época, y trata de explicar por medio de estas intrigas, que es lo que hace un ejercito Espartano en esa guerra, ya que Esparta, por aquel entonces, era aliada de Artajerjes.

No desvelaré mas partes del libro, tan solo decir que el autor sabe bien de que habla, ya que en los años 80 participó en tres expediciones que hicieron todo el itinerario de los Diez Mil, reconstruyendo paisajes con toda seguridad, y en 1999, en otra expedición, encontró unos túmulos, cuya construcción es descrita por Jenofonte en su diario.

Altamente recomendable si te gusta la novela histórica. Si te gustan las historias de amor, también. Y si buscas un libro relativamente fácil de leer, cuidado y que deje buena sensación, pues también. Sin tratarse de una obra maestra, ni de un libro que me marcará de por vida, si lo considero bastante mas que correcto.